Científicos chilenos crean microdispositivo que identifica peligrosos tóxicos en pesticidas agrícolas

Debido a que la región del Maule es una zona agrícola, investigadores de la Universidad de Talca, específicamente de la facultad de Ingeniería y de Ciencias de la Salud y con aportes de investigadores de la Universidad del Desarrollo, se encuentran desarrollando un proyecto con tres importantes productos que tienen como objetivo detectar la presencia de compuestos tóxicos en personas que se encuentran cerca de zonas agrícolas que podrían estar ocupando pesticidas que no están permitidos.

El primero corresponde a un parche  tipo “tattoo” que logra identificar intoxicaciones por organofosforados. La segunda habla de la creación de mapeos de químicos peligrosos existentes en la región, mientras que el último se refiere a la fabricación y prueba de un microdispositivos de alerta temprana, que ayudará a prevenir posibles enfermedades o intoxicaciones a raíz de estos compuestos.

Es por ello un grupo de investigadores liderados por el doctor Carlos Zambra de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Talca, están trabajando en el proyecto FIC-Maule “Transferencia de Microdispositivo de Alertamiento de Residuos Químicos” (código:40018932), el cuál ha dejado positivas señales con respecto a a esta importante materia de investigación. Más información aquí

Productos

El primero de ellos corresponde a un producto estilo parche o “tattoo” que busca la detección de posibles intoxicaciones por organofosforados en el cuerpo de trabajadores del rubro o vecinos que viven en sectores aledaños a estas zonas. Este diseño trajo consigo una serie de etapas iniciales, como por ejemplo, la utilización de electrodos serigrafiados en sustratos sólidos flexibles para la simulación de un tatuaje. 

Junto con ello, el diseño se ajustó de acuerdo a necesidades fisicoquímicas para la detección de posibles organofosforados.


El segundo producto de este proyecto FIC-Maule se denomina “mapeo de químicos peligrosos” corresponde a un mapeo de algunos químicos tóxicos que se encontraron en el aire o en la tierra de ciertos sectores de la región. Para este trabajo se realizaron diversas campañas durante los últimos tres años donde se midieron los contaminantes con un equipo de cromatografía de gases (GC), especial para ser usado en terreno. Gracias a este procedimiento se identificaron diversos compuestos químicos que existen en algunas comunas de la región del Maule.  

Este producto es un mapa de la región que podrá ser linkeable y el cual al ser abierto, desplegará un conjunto de datos de los compuestos, como fórmula química, usos industriales típicos y peligrosidad para la población. Para esto se realizaron salidas a terreno con la intención de hacer búsquedas y exploraciones ante posibles gases tóxicos que puedan encontrarse dentro de la región del Maule. Todo esto gracias a un cromatógrafo de gases portátil: Griffin G510, el cual puede identificar productos químicos en terreno en cuestión de minutos.


En tercer lugar, se encuentra el diseño de un microdispositivo el cual por medio de la sangre de las personas permite identificar la exposición a un compuesto organofosforado. Este dispositivo utiliza una técnica bioquímica que se desarrolló en laboratorios de la Universidad de Talca y que consiste en un microdispositivo basado en papel donde se puede identificar mediante cambios de color de un reactivo si la persona ha estado expuesta a organofosforados (compuestos tóxicos). 

Inicialmente se realizaron pruebas con ratas de laboratorio que consistieron en probar la técnica bioquímica desarrollada en el proyecto con ratas sin exposición y con exposición a diazinon (químico organofosforado). El resultado arrojó cambios de color evidentes que se pudieron asociar a la presencia de la actividad del químico en la sangre de la rata expuesta al químico. 

“En personas el microdispositivo funciona con una o dos gotas de sangre que se sacan del dedo, como un examen de glicemia, la gota se coloca en una esquina del dispositivo y así la tira de papel que va en conjunto con el microdispositivo y que se encuentra impregnada con una mezcla de químicos indicadores, arroja un color que se puede asociar con la presencia de un químico organofosforado” afirmó el Dr. Carlos Zambra, director del proyecto y académico de la Universidad de Talca.

Entre 200.000 a 300.000 personas fallecen en el mundo a causa de intoxicaciones agudas por químicos tóxicos, sin embargo, existen intoxicaciones que no llevan a la muerte pero si presentan síntomas como mareos, náuseas, vómitos, visión borrosa, entre otros. 

En Chile se encuentra prohibido el uso de este tipo de pesticidas, sin embargo, aún se pueden encontrar evidencias de que se aplican en algunos huertos, en particular cuando personas temporeras que presentan síntomas arrojan resultados positivos por intoxicación a organofosforados. “El daño por la exposición constante a estos químicos es muy grave porque el daño es degenerativo y puede tener efectos cognitivos, sensoriales, de razonamiento y lo más grave afectar en mayor medida a niños pequeños o bebés”, finalizó Zambra.

Diario Frutícola