Fedefruta proyecta alza de hasta 7% en volumen exportado, pero alerta baja valoración por kilo

El panorama para el sector frutícola chileno se tiñe de optimismo en cuanto a su capacidad productiva y de venta en el mercado internacional. De acuerdo con el presidente de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta F.G.), Víctor Catán Dabike, se proyecta un crecimiento en el volumen de exportaciones que podría oscilar entre el 5% y el 7%.

El alza permitirá que durante la presente temporada el país se aproxime a la notable cifra de 4.000 millones de toneladas exportadas. Este volumen representa una superación significativa de las 3.800 millones de toneladas registradas en el periodo previo.

Sin embargo, el líder gremial recalcó que aunque el incremento en toneladas es un indicador positivo, la preocupación primordial de la industria no reside en la cantidad, sino en la valorización.
Catán Dabike alertó que el sector, pese a movilizar un volumen relevante de producto al extranjero, observa que el precio que obtiene por kilo se mantiene consistentemente por debajo del precio que alcanzan sus competidores directos.

Para enfrentar la problemática de la baja valorización, el representante de Fedefruta F.G. señaló que la solución pasa inevitablemente por fortalecer de manera decidida la Marca Chile. Declaró que el país necesita una estrategia de promoción internacional 'más potente aún' y que si bien se reconoce la existencia de un trabajo considerable, se necesitan asignaciones de recursos adicionales para poder ejecutar una labor que el dirigente califica como 'de primer orden'.

ESTRATEGIA DE MERCADOS

Sobre la estrategia comercial de la industria, Catán Dabike precisó que la prioridad fundamental no reside en la mera apertura de nuevos destinos, sino en profundizar y consolidar los mercados que ya se encuentran operativos.

El vocero frutícola identificó el crecimiento continuo del Asia-Pacífico como un área de alta relevancia estratégica. Además, destacó la importancia de diversos instrumentos comerciales con tratados que prometen una colaboración significativa en la expansión geográfica de la fruta chilena.

El presidente de Fedefruta señaló que la necesidad de mejorar la valorización no se aplica de manera uniforme a la totalidad de las especies frutales. Un ejemplo claro es el caso de la cereza en China, donde Chile opera como un 'oferente solitario' y, por lo tanto, no enfrenta la competencia directa de otros países productores.

El representante del sector identificó dos causas principales que explican esta diferencia de rendimientos económicos: primero, la debilidad ya mencionada de la Marca Chile; y segundo, la superior capacidad de los competidores para generar productos que son altamente homogéneos.

COMPLICACIONES LOGÍSTICAS Y GEOPOLÍTICAS

La preocupación más urgente, de acuerdo con Catán Dabike, es la paralización de actividades en el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).

El dirigente mencionó incidentes coyunturales pasados que tuvieron un impacto logístico de gran magnitud, como la amenaza de paro laboral en los puertos de Estados Unidos, que resultó en un sobrestock acumulado de fruta, particularmente de carozo.

El representante de los productores mencionó la problemática de la sequía que afecta al Canal de Panamá, la cual obliga a las embarcaciones a modificar sus itinerarios y a realizar rutas de navegación más extensas de lo habitual, al incrementar costos y tiempos. Adicionalmente, el sector se ha visto afectado por los desafíos relacionados con los límites en la disponibilidad de contenedores, un factor que restringe la capacidad de envío.

Un desafío logístico y sanitario de suma relevancia, según el máximo directivo, es la gestión de las exigencias fitosanitarias, como la obligatoriedad del tratamiento de frío para la fruta que se origina en zonas que han experimentado brotes de mosca de la fruta.

El dirigente extendió un llamado explícito a la industria a 'ordenar la casa' y a evitar cometer errores que resulten ser 'costosos'. Según las declaraciones del vocero, estos errores, además de generar consecuencias 'onerosas' para las empresas exportadoras, tienen el efecto secundario de dañar irremediablemente la Marca Chile y el prestigio que el país se ha ganado en los mercados internacionales.


Por Jorge Guzmán B. -

La Tribuna