Implementan tecnología que permite controlar los cultivos desde el celular

La uva de mesa es la principal fruta cultivada en Chile. El área plantada va desde el valle de Copiapó hasta la región del Maule, al sur del país. Para la temporada 2018-2019, el Servicio de Agricultura Extranjera (FAS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) pronosticó una exportación de 720.000 toneladas métricas.

Sin importar estos números, "hasta el 50% del total de la producción exportable puede verse mermado por un mal riego, lo que puede evitarse si los agricultores se suben al carro de la tecnología", advierte León Cosmelli, gerente general de la empresa de servicios de gestión de riego, AguaControl.

Cultivar, cosechar, trabajar la tierra, son actividades que relacionamos directamente con ensuciarse las manos. Por siglos esto ha sido la tónica del mundo del agro, no obstante, nadie está ajeno a la revolución tecnológica y hoy esas mismas manos sostienen un Smartphone, instrumento que lleva el negocio al siguiente nivel.

"Entre los años 70' y 80' ocurre la primera revolución a nivel de agua en el campo, surge el riego tecnificado o riego por goteo, que pasa de la pala a las mangueras. Ahora nos encontramos en la segunda: el riego automatizado, el cual no sólo permite programar a distancia, sino que también entrega información en tiempo real para así tener más control sobre los cultivos y el agua que se utiliza", explica Cosmelli.

La tecnología

Lo primero que se le viene a la cabeza a un agricultor cuando quiere incorporar tecnología es regar de acuerdo a la humedad del suelo o regar en base a la evapotranspiración, por lo que incorporan sondas de humedad de suelo y estaciones meteorológicas, pero es un hecho que el 99% de los sistemas de riego no funcionan de acuerdo al diseño original, ya sea por una mala mantención,  problemas de operación o bien por defecto en las instalaciones.

A nivel de tecnología, lo primero es la incorporación de un sistema de control de la caseta de riego, para saber exactamente cuánto precipitan los equipos por sector, si tienen buena presión de trabajo, si el caudal instantáneo es correcto, cómo trabajan los filtros, etc.

Luego de esto se deben incorporar las variables agronómicas. Por ejemplo, a través de los sensores de humedad de suelo, "yo puedo configurar mi sistema de riego para que este se active y detenga automáticamente cuando el suelo alcance el nivel de humedad que yo desee", detalla el ejecutivo.

Un mal riego

Al automatizar el sistema de riego de un cultivo se puede ahorrar hasta un 30% de agua, pero lo más importante es asegurarse de que se riega bien, hoy día el agricultor asume que riega porque va a la caseta y escucha funcionar las bombas, ¿pero cuánto tiempo del funcionamiento del riego se regó bien?

Por ejemplo, "el operador se da cuenta de que el filtro se saturó cuando ve en la caseta que la presión del sistema cayó, pero puede haber estado así mucho tiempo", advierte Cosmelli. Puede que se haya reventado una matriz o no se haya abierto la válvula del sector que tenía que regarse. Todos estos problemas son más frecuentes de lo que se podría pensar y finalmente "se traducen en muy malos riegos. Si esto pasa en floración o en cuaja o en cualquier periodo crítico del cultivo, puede que se pierda toda la cosecha", subraya.

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