Robots al servicio de todos

Las nuevas tecnologías, cuando son disruptivas, generan un efecto doble: fascinación y dudas. Porque tras la sorpresa, los usuarios quieren saber cuánto de lo que promete es real, quiénes podrán acceder a ella y en qué casos resulta conveniente. Si bien los robots al servicio de la lechería ya no son novedad, tampoco son masivos. Y parte de eso se explica, no sólo por lo difícil que resulta hoy invertir dentro del sector lechero, sino también por cierto desconocimiento alrededor de su uso. Por eso, la incorporación de dos robots de ordeña por parte del Centro Regional de Investigación INIA Remehue, ubicado en las cercanías de Osorno, constituye mucho más que una simple novedad institucional: es toda una declaración de principios respecto a cómo imaginan el futuro de la lechería.

Luego de evaluar el proyecto y su factibilidad técnica y económica, el Director Nacional de INIA, Pedro Bustos, dijo que esta nueva lechería, la primera en su tipo destinada a investigación y capacitación en sistemas de producción de leche basados en la pradera, también deberá ser una unidad rentable. "Queremos que esta lechería, junto con aportar información al medio, sea capaz de producir leche de manera rentable y sustentable, ese es el desafío que nos hemos planteado", indicó.

"Sabemos que esta tecnología es de interés de los productores y que se requiere información, por eso después de analizar el proyecto y ver su financiamiento, hemos decidido llevar a cabo esta iniciativa que va a significar una inversión de más de 400 millones de pesos", informó Bustos en su reciente visita a la Región de Los Lagos.

El directivo declaró que "esta inversión es un gran esfuerzo institucional pues se realiza con recursos propios de INIA, provenientes del fondo patrimonial, los cuales fueron reservados para ejecutar esta obra tan necesaria para la investigación y extensión en el rubro lechero, en la que esperamos que INIA, a través de su Centro Regional INIA Remehue, siga siendo un gran referente".

La puesta en marcha de este proyecto ya tiene avances concretos. El Director Regional de INIA Remehue, Sergio Iraira, se reunió recientemente con ejecutivos y expertos nacionales e internacionales en robots de ordeña de la compañía DeLaval, para planificar la instalación de la nueva lechería robotizada en el corazón de la producción lechera y ganadera de Chile. "El INIA cuenta con una lechería diseñada especialmente para realizar trabajos de investigación y transferencia tecnológica que ha permitido desarrollar numerosos trabajos y a la fecha ha sido visitada por miles de productores lecheros. Para complementar esta infraestructura y entregar información de primera fuente sobre la utilización de robots de ordeña, se instalarán próximamente las primeras unidades dedicadas a generar información técnica en sistemas pastoriles y realizar actividades de capacitación", indicó Iraira.

El directivo de INIA Remehue explicó que "son muchos los productores que se preguntan qué ventajas tiene este sistema, cómo funciona y cuán rentable es. Para responder esas preguntas y muchas otras estamos trabajando junto a DeLaval para desarrollar un proyecto que permita licitar las obras e iniciar la construcción de la nueva lechería robotizada".

Felipe Aceituno, Gerente General de DeLaval Chile, destacó la importancia del proyecto, señalando que "si bien existen varios robots de ordeña funcionando en Chile, INIA Remehue es el principal centro de investigación del sector lechero nacional, dependiente del Ministerio de Agricultura, y por ende es un aliado clave para evaluar esta tecnología y acompañar el desarrollo del sector lechero nacional en un ámbito que ha concitado mucho interés no sólo a nivel nacional, sino también internacional".

SIN INTERVENCIÓN HUMANA

El concepto es simple. Las vacas llegan solas a la sala de ordeña y luego, sin intervención humana, son ordeñadas y pasan a otro potrero una vez que el robot les ha extraído la leche. "Los robots de ordeña se ubicarán en un sector estratégico de la lechería, hasta donde las vacas se aproximan sin que nadie las guíe, las arree y las apure. Entran solas, se ponen en fila y esperan su turno. Cuando les toca, ingresan a un cubículo en donde un brazo robótico con una cámara 3D localiza los pezones, realiza una rutina completa de preparación, desinfección, limpieza y estimulación individual de cada cuarto, coloca las unidades de ordeña y extrae la leche, sin que nadie esté presente", indicó Sergio Iraira, especialista y directivo del INIA.

"Cuando el flujo de leche baja, las pezoneras se retiran de forma automática e individual por cada cuarto, eliminando el sobreordeño. Una vez retiradas, las pezoneras se lavan por dentro y por fuera a la espera de la siguiente vaca. Finalmente se aplica el sellador de pezones, se abre la puerta y la vaca se retira caminando y pasa a un potrero con pradera verde disponible para su consumo?, añadió. ?El tránsito de la vaca es estimulado a través del alimento y también porque necesita ordeñarse", enfatizó Iraira.

Los robots de ordeña que se instalarán en la sede del INIA en Osorno corresponden al nuevo sistema de ordeño VMS V300 que DeLaval acaba de presentar a nivel mundial en Estocolmo, Suecia. "El nuevo VMS V300 ayuda a los productores a depender menos de las incertidumbres que puedan surgir en el mercado laboral, al abrir nuevas perspectivas laborales y condiciones atractivas a más gente. Otro aspecto fundamental son las condiciones superiores de bienestar animal y seguridad alimentaria asociadas al sistema. Además, colabora para que la producción sea sustentable y rentable no solo hoy, sino también para las próximas generaciones", explicó Felipe Aceituno, Gerente General de DeLaval Chile.

Además Aceituno se refirió al impacto que tiene esta versión de los robots de ordeña DeLaval. "El nuevo modelo permite un 10% de aumento en la capacidad de ordeña en comparación al modelo anterior, permitiendo ordeñar más vacas y cosechar más leche en un día. La nueva tecnología permite lograr hasta un 99,8% de tasa de colocación de pezoneras, en un 50% del tiempo requerido anteriormente, disminuyendo los costos de operación y un potencial de ordeña de 3.500 kg de leche por robot cada día".

La sigla VMS que da nombre al modelo no es un capricho, sino que hace referencia a las palabras "Voluntary Milking System", es decir "sistema de ordeña voluntaria". Esto radica en que la tecnología asegura que cada vaca se ordeñe acorde a sus necesidades, capacidades y productividad, lo que brinda un óptimo rendimiento para cada vaca.

Con el ordeño por cuartos real, cada pezón es monitoreado con uno de los cuatro medidores de leche, con niveles de pulsación y bomba de vacío ajustados para maximizar el flujo y la calidad, pero además el bienestar y, por ende, la sanidad del animal. En momentos en que la lechería debe, no sólo ponerse más fuerte que nunca, sino también preguntarse por cuáles son los caminos a tomar, resulta una apuesta interesante que el principal instituto de investigación del país opte por un sistema que, además de lo que aporta al ganado, le permite al productor una vida más fácil al conceder a sus empleados y a sí mismo mayor flexibilidad horaria y autonomía.

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