PIB por actividad 2017: caen los sectores construcción, minería, servicios empresariales y agropecuario - silvícola

El incremento del Producto de 1,5% en 2017, fue liderado por las actividades servicios personales y comercio. El resto de los servicios también contribuyó al crecimiento, con excepción de servicios empresariales y construcción, que se contrajeron. Estos últimos, junto con minería, registraron las principales incidencias negativas, seguidos de la actividad agropecuariosilvícola.

El sector agropecuario-silvícola disminuyó 2,5% en 2017, tras caer a lo largo de todo el año. En términos desestacionalizados, se observaron resultados trimestrales dispares, con caídas en el primer y cuarto trimestres y alzas en el segundo y tercero.

En el resultado anual incidieron las bajas de fruticultura, ganadería y silvicultura y, en menor medida, agricultura.

El descenso de la fruticultura reflejó, principalmente, la menor producción de uva, arándanos y carozos.

El resultado de la ganadería reflejó, básicamente, la contracción en la producción de aves de corral, tras sufrir los efectos de la gripe aviar en el primer trimestre del año, además de la caída del ganado bovino y de la producción de cerdos.

La actividad agrícola disminuyó incidida por la menor producción de cultivos anuales, particularmente trigo, en respuesta a una menor superficie sembrada. El resultado de la actividad también se vio afectado por la baja en la producción de hortalizas, principalmente de aquellas destinadas a consumo fresco.

Por su parte, la silvicultura cayó como consecuencia de una menor producción de trozas de pino, destinada a la industria de la madera.

Después de dos años de caídas, la pesca aumentó 20,7% en 2017, con tasas de expansión de dos dígitos en los tres primeros trimestres, y un aumento más moderado en el cuarto. El resultado desestacionalizado exhibió alzas en el primer y tercer trimestre, en tanto, cayó en el segundo y en el cuarto.

La actividad fue impulsada tanto por el dinamismo de la pesca extractiva como de la acuicultura, siendo la primera la que lideró en términos de contribución. El buen desempeño de la pesca extractiva reflejó el aumento en la captura de peces, principalmente de anchoveta y sardina. En contraste, cayó la extracción de algas, moluscos y crustáceos.

Por su parte, el crecimiento de la acuicultura se explica por el mayor cultivo de salmónidos, reflejando el aumento de las cosechas y la existencia de peces en crecimiento.

El sector minería disminuyó 2,0% en el año, tras caer en el primer semestre y aumentar en el segundo. En términos desestacionalizados, se observaron resultados trimestrales dispares, con caídas en el primer y cuarto trimestres y alzas en el segundo y tercero.

El resultado sectorial se explica por la contracción de la actividad cuprífera, de 1,6%, y, en menor medida, por la caída de 4,5% del resto de la minería. La producción cuprífera se vio afectada por la paralización de una de las principales mineras del país, en el primer trimestre del año, así como también por mantenciones de plantas y menor ley del mineral.

En tanto, la caída del resto de las actividades se explica por la menor producción de otros minerales metálicos, en particular oro y zinc. Aunque incidiendo en menor magnitud, también destacó la baja en la extracción de petróleo y gas natural.

La industria manufacturera aumentó 1,6% en 2017, tras mostrar una tendencia creciente durante el año. En términos desestacionalizados, se observaron incrementos en todos los trimestres, con excepción del segundo.

En el resultado incidió, principalmente, el incremento de la industria pesquera y de la fabricación de productos metálicos, maquinaria y equipos. En el primer caso, el aumento obedeció a la mayor producción de harina y aceite de pescado, en línea con el dinamismo de los desembarques. En el segundo caso, el alza respondió a la mayor fabricación de productos metálicos.

En contraste, la principal incidencia negativa provino de la industria del vino, la cual sufrió los efectos de una baja vendimia, asociada a altas temperaturas y menores rendimientos de las plantaciones. Asimismo, destacó la caída de la fabricación de minerales no metálicos asociados a la construcción, principalmente, hormigón.

El sector EGA cerró el año con un crecimiento de 3,2%, exhibiendo una tendencia creciente a lo largo del 2017. En términos desestacionalizados, la actividad anotó variaciones positivas durante todos los trimestres, salvo en el tercero, en que registró una caída.

El resultado se sustentó en el mayor valor agregado de la generación eléctrica; aunque contribuyó de forma marginal, la gestión de agua también aumentó. En contraste, la distribución de gas se contrajo.

El incremento en el valor agregado de la generación eléctrica se explica por la intensificación del uso de energías renovables; en efecto, aumentaron la generación hídrica, eólica y solar. Por su parte, la generación térmica registró una caída, con excepción de la producida en base a gas natural.

La actividad construcción registró una caída de 2,5%, tras exhibir magros resultados a lo largo de todo el año. Con respecto a la variación trimestral de las cifras desestacionalizadas, se observó una caída en la primera mitad del año, y un alza en la segunda.

El resultado del sector se explica por la contracción de las actividades edificación y obras de ingeniería. Dichos efectos fueron parcialmente compensados por el aumento de las actividades especializadas.

En el desempeño de edificación incidió, principalmente, el componente habitacional, el cual cayó en línea con una menor construcción de departamentos y casas. En tanto, la caída del componente no habitacional reflejó la menor construcción de oficinas.

Por su parte, la contracción del componente obras de ingeniería se explica por la menor construcción de obras eléctricas, viales y mineras.

El sector comercio aumentó 3,6% en 2017, con tasas de variación positivas durante todo el año. En línea con lo anterior, la velocidad de expansión del resultado desestacionalizado fue positiva en todos los trimestres.

El incremento del sector fue impulsado por sus tres componentes: mayorista, minorista y automotriz. El primero destacó como el de mayor incidencia, y el último se distinguió por mantener un alto dinamismo a lo largo de todo el año.

Tanto en el comercio mayorista como minorista, destacaron las ventas de textiles, vestuario y equipamiento doméstico. Adicionalmente, en el caso del comercio mayorista, resaltó el dinamismo de las ventas de maquinaria y equipo, y en el caso del minorista, las ventas de grandes tiendas.

Por su parte, la expansión del comercio automotor respondió al dinamismo de las ventas de vehículos, en línea con el desempeño exhibido por las importaciones de este tipo de bienes.

Tras mostrar una tendencia creciente a lo largo de todo el año 2017, la actividad transporte cerró el año con un alza de 2,4%. La variación trimestral de los resultados desestacionalizados registró una caída en el primero y alzas en los tres períodos siguientes.

Con excepción del transporte ferroviario, se observaron variaciones positivas en todas las actividades. La mayor contribución provino de servicios conexos, cuyo incremento fue liderado por los servicios de carreteras, seguido de los portuarios; dichos efectos fueron aminorados por menores servicios de agencias de naves. También destacó en términos de contribución, el trasporte terrestre de pasajeros, principalmente urbano. En tanto, el resultado del transporte ferroviario se explica por la caída de los servicios de carga.

La actividad comunicaciones y servicios de información cerró el año con un alza de 3,9%,tras mostrar una tendencia creciente durante el período. La tasa de variación trimestral de los resultados desestacionalizados, registró alzas en todos los períodos.

El crecimiento del sector fue determinado por la actividad comunicaciones, cuya expansión se explica por el dinamismo de la telefonía móvil; en menor medida, también contribuyeron los servicios de telecomunicaciones asociados a internet y televisión de pago. En contraste, los servicios de telefonía fija y larga distancia disminuyeron.

La actividad servicios empresariales disminuyó 1,9% en 2017, exhibiendo una recuperación al final del año; en términos desestacionalizados, se observó una caída en el primer trimestre y un aumento en los tres siguientes. Por su parte, servicios personales creció 3,2%, con incrementos en todos los trimestres; lo mismo ocurrió en el caso de las cifras desestacionalizadas.

El resultado del sector servicios empresariales se explica por la contracción de las actividades profesionales, científicas y técnicas, donde predominó la caída de las actividades de arquitectura e ingeniería. En tanto, el desempeño de servicios personales fue liderado por los servicios de salud, destacando el dinamismo del componente público; también contribuyó el alza de los servicios de educación pública y privada.

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